Estrategia de servicio al cliente
Según Pérez (2007) en la estrategia de
servicio se define el valor que se desea para los clientes; el valor es el principal motivador de la
decisión y por lo tanto como la posición competitiva que se sustentará en el mercado.
La estrategia de orientación al cliente se caracteriza por la preocupación de adaptar la oferta de la
empresa a las necesidades y deseos del cliente, por el esfuerzo en adaptar la oferta a las necesidades y
deseos del cliente para satisfacerlos, por el ajuste de los productos para que se adapten o anticipen a las
expectativas de los clientes y por obtener la máxima calidad en la atención al cliente preocupándose
de recibir una retroalimentación constante de los consumidores y usuarios.
Asimismo, sirve de guía a toda la empresa para alcanzar el conocimiento de los clientes y la
excelencia en la prestación del servicio, además de permitir tomar en consideración las sugerencias
y quejas de los clientes como una oportunidad de mejor permanente.
La puesta en práctica de una estrategia de orientación al cliente requiere, en principio, el ajuste de
la política general de la empresa y los procedimientos de trabajo a una nueva forma de vincularse
con los clientes. Deben consolidarse las políticas y los procedimientos de las distintas áreas de la
empresa y enfocarlas a reforzar las prácticas de calidad del servicio.
Este punto es muy importante
dado que debe favorecer la agilidad de respuesta y el adecuado control de los recursos utilizados en
la entrega de los servicios. De esta forma, el objetivo primordial de la estrategia debe ser la causa
de una impresión favorable en el cliente cada vez que entre en contacto con algún sector de la
empresa. Esto nos lleva a abandonar la idea de que la función de la atención al cliente permanece
a un departamento dentro de la empresa y dirige los esfuerzos a involucrar a todos los que forman
parte de la organización.
La estrategia de servicio debe estar concebida de tal manera que oriente la atención de la gente de
la organización hacia las prioridades reales del cliente. Debe convertirse en principio de calidad
para cada trabajador, de tal forma que aún cuando un trabajador no esté en contacto directo con
el cliente conoce el funcionamiento de los servicios y participa del resultado que percibe el cliente.
Esto se logra al fomentar una visión global de la empresa en los trabajadores, permitiéndoles que
conozcan el funcionamiento de todas las unidades o departamentos, los resultados de su trabajo y
el impacto que tiene en la imagen que percibe el cliente.
Estoy de acuerdo con que la clave es adaptar la oferta de las empresas a las necesidades y preferencias de los clientes. Muy buen aporte.
ResponderBorrar